jueves, septiembre 02, 2010

Ciriani: 50 años de Arquitectura. Texto Oswaldo Nuñez Carvallo.

Con motivo de la muestra Ciriani: 50 años de Arquitectura, les presentamos un texto escrito por el arquitecto Oswaldo Nuñez Carvallo, que gentilmente nos ha proporcionado el Centro Cultural Británico.


En su precoz madurez, Ciriani manifiesta desde sus dias de estudiante, una adhesión a la figura y obra de Le Corbusier que seria permanente, adoptándolo como su maestro y referente, al que saquea sutil y selectivamente la sustancia, emprendiendo luego un vuelo personal que traza su propia ruta y lo lleva a elaborar principios, referentes y estrategias de diseño originales y sin deudas, legitimando un repertorio formal absolutamente propio, que explora inagotablemente el tema del vacío, de la superficie, del color y la trama, del diálogo entre la estructura y la envoltura, de lo opaco y lo permeable, por encima de las contingencias de las modas y de la influencia de los medios. Sus proyectos desde esos días aurorales son también un homenaje al dibujo como clave estratégica del diseño, una reivindicación poderosa de ese proceso que conecta la imaginación creadora con su intermediario el papel como prefiguración de la obra construida, en que todo - el contexto, el recinto y el detalle- están presentes desde los primeros trazos y atisbos formales. Reivindica el dibujo frente a la computadora, en la medida que permite controlar el proyecto y no ser manejado por el instrumento.

Enrique, un estupendo dibujante y colorista, siempre se ha negado a poner ese talento frente a nada que no fuera la prefiguración o ilustración de sus diseños, domesticándolo como instrumento de su pasión creadora.

En 1963, integrado a la Junta Nacional de la Vivienda, Ciriani proyecta la parte inicial de lo que sería el Conjunto Residencial San Felipe, un edificio ya paradigmático que innova en lo social, urbanístico, arquitectónico y estructural, con un audaz sistema de placas y voladizos que reivindica en su interior el dominio del peatón y de lo urbano, recinto abierto que será el germen de lo que Enrique llama“una pieza urbana”.

El tema central de su producción y su interés más vivo es la vivienda entendida como estrategia para influir en la trama urbana percibiendo las tendencias latentes u ocultas, llevando al límite la intervención del arquitecto en la persecución de la utopía, de lo que llama la pieza urbana. En sus propias palabras, “el repliegue de los que quieren seguir creyendo, procurándose los medios para construir sin renegar de sus creencias”.

Instalado en París, a partir de 1964, concibe sucesivamente proyectos residenciales, piezas urbanas que operan como verdaderos manifiestos arquitectónicos de lo que debe ser la practica del diseño, en una serie que se enriquece progresivamente de cada experiencia anterior: Noisy le Grand en Marne primero y a continuación se “desencadenan” como dice Enrique, Isle-d’Abeau, Saint Denis, Evry, Lognes, Chamberí, Bercy, Colombes y edificios multifamiliares en Paris entre otras obras en Francia, así como diversas intervenciones y propuestas en Holanda. Proyectos de gran impacto y resonancia han sido los museos de Arles para el Instituto de Investigación de la Provenza Antigua, y en Peronne dedicado a la historia de la 1ª Guerra Mundial. Otras tipologías también han sido abordadas por Ciriani: así tenemos centros de la infancia en St. Denis y Torcy, el Centro Comunitario en Lognes y los estupendos edificios donde el refinamiento y la complejidad se dan la mano como son los recientes Centro de Conferencias y de Documentación de Rocquencourt, y el Palacio de Justicia de Pontoise. Esta apretada relación de su obra edificada no puede dejar de mencionar su casa de verano en Playa Escondida de 1999, donde ha dejado una lección en el manejo del vacío con los medios más austeros, como su maestro legara esa síntesis de su doctrina que es la Villa Saboya.

En cada proyecto Ciriani se reinventa y sorprende no solo por su calidad de objeto sino por el aporte que significa al conjunto de su obra, signada por la persecución obsesiva a través del diseño de una razón de ser de la arquitectura y el urbanismo.

Ciriani reconoce haber tenido la fortuna de haber vivido momentos excepcionales para su trabajo y docencia en Lima y en Paris: aquí con la irrepetible oportunidad de estar a cargo de un proyecto como San Felipe bajo un régimen dirigido por arquitectos, y allá, luego del mayo del 68 pudo, con la juventud de entonces, soñar que todo era posible. Los gobiernos ilustrados que siguieron mantuvieron esa ilusión hasta que la arquitectura fue paulatinamente avasallada por un orden de cosas que no se interesa en la calidad de vida. Los estudiantes tampoco son ahora las generaciones formadas por el que hasta hace 20 años asimilaban con voracidad las ideas del maestro; hay desencanto en Enrique cuando cuenta que ahora lo que buscan es incrementar su currículo. Ojalá encuentre entre nosotros ese auditorio perdido, el aliento que sin duda extraña.

Arq. Oswaldo Nuñez Carvallo

No hay comentarios.:

Publicar un comentario